Las Tumbas Despiertas II; Furia de Reinos.


-       Deja de llorar y encárgate de matar a esos tres caminantes- Se escucho una voz a lo lejos, que provenía del mismo lugar que las flechas.
-       ¡Lasar ten cuidado! – Jordo se lanzo sobre los tres muertos que quedaban mientras los empujaba con su espada y estos lo sujetaban con las manos podridas y la piel putrefacta, ya no tenían labios y el esqueleto humano empezaba a mostrarse.
Jordo tomo aire, mientras les daba patadas múltiples a los muertos para intentar que estos suelten su espada, que al parecer las cortaduras que esta le hacían en las manos no eran nada para los muertos. Lasar con su cuerpo viejo y cansado logro liberar su espada del cráneo del muerto. Tomándola con fuerza utilizando las dos manos, la levanto y salió corriendo hacia Jordo para apuñalar a uno de los muertos.
-       Aaaarhgg – El muerto retrocedió y callo al suelo.
-       ¡En la cabeza Jordo, en la maldita cabeza! – Jordo patio a los otros dos que quedaban para que caigan al suelo y se acerco velozmente para darle una puntada en la cabeza al muerto. Sin darse cuenta uno de los otros muertos se levanto y le tomo el brazo dándole una mordida.
-       ¡Aaaah! – Grito Jordo mas del susto que por la mordida que había dado justo sobre un protector de chapa que portaba su armadura. En ese momento Lasar saco su espada ensangrentada  del muerto para ensartarla en la cabeza del muerto que había tomado a Jordo.
-       ¡Gracias! – Gimió Jordo, como si hubiera visto su vida pasar en un segundo.
-       ¡No me agradezcas idiota, mata a ese que esta tirado!- Le respondió furioso Lasar, mientras Jordo lo escuchaba y se acercaba caminando para degollar al muerto hasta que pierda la cabeza.
-       Ufff… eso estuvo cerca – Dijo Jordo mientras miraba la sangre y baba que le había dejado el muerto sobre el brazo.
-       Esto se supone que había terminado hace años…- Dijo Lasar pensativo y con poco aire por los movimientos que había hecho.- ¿Quién anda ahí?, puedes mostrarte no te haremos daño.- Lasar tomo una de las flechas que estaban todavía prendidas fuego para alumbrar un poco su visión
-       Ustedes son los que tienen que pedirme que no les haga daño, podría haberlos matado a los dos, antes que empiece su cacería de caminantes.- Afirmo una voz lejana.
-       ¿Caminantes? – Pregunto Jordo mientras se rascaba la cabeza, y fruncía el seño. Hubo unos minutos de silencio mientras se escuchaba que alguien derrapaba por un árbol y impactaba con el suelo, a la vez caminaba se escuchaban los ruidos de ramas secas rompiéndose al pisar. Una cara entre la oscuridad y el fuego se diviso, de rasgos femeninos, cara pequeña, nariz fina, un casco de metal, con  la forma de la cabeza de un tigre y una armadura acorde al estilo del casco, mucho mas no se divisaba por la oscuridad.
-       ¿Quién eres?- Volvió a preguntar Lasar, mientras tocia un poco y intentaba de regular su respiración.- Gracias por la ayuda.- le agradecía Lasar a la mujer, que ya se dejaba ver mas estando a unos pocos pasos.
-       ¿Quiénes son?, parece que son dos idiotas que buscan que los maten.- Dijo la mujer con un tono desafiante.
-       ¡Espera!, nosotros no buscamos que nos maten, estamos yendo camino a…- Dijo Jordo cuando Lasar lo interrumpió.
-       Estamos yendo camino a Quatzolar las cuevas de los Reptilianos.- le respondió Lasar mientras se ponía por delante de Jordo.
-       Quatzolar es un lugar poco grato para los humanos, no van a ser bienvenidos.- La mujer los miro mas de cerca, mientras se sacaba el casco y una cabellera larga le caía.
-       Eso no es de tu importancia - Lasar se quedo mirando cada movimiento que la mujer hacia.- Dinos quien eres y nosotros te diremos quienes somos.-
-       Soy Leiva Deros, Centinela del Castillo Teras, sirvienta fiel del Rey Elric Geralt.- Dijo Leiva con un tono orgulloso.
-       El Rey Elric Geralt… cada vez quedan menos reyes, desde el inicio del Imperio Voldarino. Nosotros somos Ser Lasar Uther y este es mi compañero Jordo Searor. No tenemos insignia, ni tampoco respondemos a ningún Rey. Somos libres.
-       Jajá… libres, estas no son tierras para hombres libres. Como veras el mal se ha levantado de nuevo.- Dijo Leiva mientras ponía su arco en la espalda.
-       ¿Y tu que haces por este bosque a estas horas?.- Pregunto Jordo
-       Se cuidarme sola, también se que hay mas caminantes en los que le queda de camino. Estoy reconociendo territorio para el Rey Elric, me envió para eso, tiene que avanzar…- Leiva se quedo muda, dándose cuenta que estaba dando mas información de la que debía.
-       ¿Tiene que avanzar?.- Pregunto Lasar
-       No importa –
-       Si importa, podríamos ayudarte.-
-       No los necesito, sigan su camino.-
-       Sino hubiera sido por tu ayuda ahora estaríamos muertos los dos, y no sabemos que nos depara el camino en adelante.-
-       ¡Centinelas muéstrense! – Grito Leiva, y en ese momento tres sujetos aparecieron entre la oscuridad de los arboles, los cuales portaban armaduras parecidas a la de Leiva, pero de mas gruesas y con figura masculina, con cascos que llevaban la forma de un tigre, una pechera con varias formas sobresalientes, hombreras de fierro, al igual que los guantes y botas de fierro negro pesadas.
-       ¡Vaya!, debe ser cansador caminar con tanto fierro arriba.- Dijo Jordo sorprendido.
-       ¡Calla idiota! – Le dijo Lasar mientras le daba un palmazo en la nuca.
-       No hay necesidad. Son mis Centinelas, están a mi cargo. Este es Herir, Lance, Rob y Gres.-  Dijo Leiva mientras los iba señalando.

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