Las Tumbas Despiertas; Furia de Reinos.






Lasar estaba cansado del largo camino, y se había quedado sin su tabaco para poder tirarse sobre el pasto, para ponerse a fumar y dejar que el presente descanse un poco. Luego de viajar largos senderos con Jordo, los dos se habían hecho buenos compañeros. Tuvieron que mantener la mente fría en los momentos mas difícil, como cuando fueron atacados por un grupo de lobos que habían estado rondando lo caminos abandonados hacia Tesalia.
-       ¿Sientes ese olor ?... parase que alguien dejo el ataúd abierto,  o el poso sin tapar.- Dijo Jordo mientras  levantaba la vista para mirar mas lejos.
-       Si, hace como tres días que no tocas el agua, debes estar peor que el trasero de un mastodonte...- le dijo Lasar acercándose y dándole una olfateada al aire que circulaba alrededor de Jordo.
-       No me refiero a eso… hay olor a muerte – Jordo diviso un grupo de personas que estaban paradas mas adelante un poco pegados entre ellos, mientras otros estaban agachados tomando algo.- ¿Mira quienes son esas personas que están a lo lejos?.-
-       Cuando lleguemos nos daremos cuenta, parecen estar ocupados haciendo algo mientras otros los miran…que extraño- Dijo Lasar mientras se desajustaba un poco la espada del cinturón.
Los años de Lasar no eran en vano , los tenia en sabiduría, sabía muy bien en que momento desenfundar su espada y en cual no. Pero esta era una ocasión especial. Los bosques para llegar al desierto de Tesalia estaban malditos. Cuando los Nefiran cayeron, la magia oscura de los brujos se debilito mucho con la caída de estos seres girantes, pero en algunas partes todavía quedaba vestigios de este antiguo poder oscuro.
Cuando llegaron a estar a unos metros de las siluetas, Lasar detuvo a Jordo tomándolo por el hombro.
-      Disculpen!…- Les dijo Lasar en voz alta… mientras Jordo se preguntaba porque saludaba disculpándose. En ese momento una de las figuras se dieron vuelta y los observo. Ya la noche había caído sobre el bosque y era muy difícil de ver a mas de tres pasos.
-       Parecen ser de pocas palabras.- Le respondió Jordo a Lasar.
La figura se fue acercando cada vez mas, mientras los que parecían estar ocupados en el suelo, se paraban para seguirle el paso a los otros.
-       Aaahhrgh… - Gimió una de las figuras.
-       Esa es una rara manera de saludar – Dijo Jordo mientras  desenfundaba su espada imitándolo a Lasar.
-       Maldita sea no puede ser esto cierto…- Respondió Lasar sorprendido.- ¿Oye te encuentras bien amigo?
-       Aahaarg aaawrg – Gemían en coro las figuras
-       ¿Quienes son estos malditos Lasar?.- Le dijo Jordo nervioso, mientras las botas se le enterraban en el barro y la espada se vanboleaba en sus manos.
-       ¡Tenias razón, siente el olor, son malditos muertos vivos!.- Los muertos estaban a unos veinte pies de ellos, pero a paso muy lento.
-       ¡Pensé que tan solo eran historias!, ¿que debemos hacer?, esta muy oscuro para plantarles pelea. ¿Podemos correr?.- Eran demasiadas preguntas
para Lasar. Mientras Jordo enloquecía de los nervios, Lasar intentaba pensar como pasar de este problema
-       La única manera es prenderlos fuego… o cortarles la cabeza según los escritos – Le respondió Lasar, mientras apretaba la mandíbula, sabiendo
Que era demasiado viejo hasta para escaparse de un par de muertos que parecían moverse mas rápido que el. En ese momento de un árbol se disparo una flecha prendido fuego dándole en la cabeza a uno de los muertos, que por el fuego que ilumino su rostro portaban armadura con un estandarte antiguo que no pudieron reconocer por lo destrozada que esta estaba. Lasar sorprendido levanto la mirada, mientras Jordo se posicionaba delante de el para darle defensa y flameaba su espada en el aire mientras los muertos se acercaban.
-       ¿Quien esta ahí? .- Dijo Lasar, sin escuchar respuesta, y debido a la situación no se puso a preguntar mucho, y levanto la espada en el aire esperando a que se acercasen los muertos, mientras el fuego que se levantaba de la flecha que tenia el muerto en la cabeza les daban ventaja gracias al resplandor en la oscuridad de este.
-       ¿Entonces… a la cabeza?.- Dijo Jordo atemorizado por como gemían los muertos, algo que nunca había tenido que escuchar en su vida.
Uno de los muertos se abalanzo sobre Lasar, mientras este tomaba un paso hacia delante, mientras hacia girar su espada en un circulo para que le caiga en la cabeza al muerto. Cuando esto sucede la espada de Lasar se atasca en el cráneo del muerto, y lo hace irse al suelo con este.
-       ¡Lasar!.- Le grito Jordo mientras pateaba a un muerto en el abdomen y se posicionaba a un costado para cortarle la cabeza por el cuello mientras este se doblaba. Otro muerto se tiro sobre Jordo y antes que lo llegase a tocar, otra flecha de fuego atraso el cráneo del muerto, tirándolo al piso inmediatamente.
-       ¡Maldita sea!, esta atascada, no la puedo sacar.- En ese momento Lasar se dio cuenta que la sabiduría depositada en un cuerpo viejo, no era buena aventurera.
-       ¡Toma!.- Jordo le lanzo una espada corta que portaba en su espalda.
-       Sera suficiente.- le dijo Lasar mientras la sujetaba para propinarle un corte frontal en la garganta a muerto. A su lado Jordo se movía con maestría, matando muertos de ambulantes, como si a eso se hubiera dedicado toda su vida. Con la ayuda de alguna o otra flecha que seguían lloviendo en las cabezas de los muertos desde un árbol lejano.
-       ¡Intenta no darnos a nosotros en la cabeza!.- Dijo Lasar después de que una flecha intercepte a un muerto que estaba muy cerca de el, lo cual hiso hasta que sienta el fuego de la flecha en su oreja. 

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