Asus de Telia.

Asus estaba asustado, porque mucha gente a su alrededor aparentaba ser algo que no en realidad no era, y sus habilidades mentales se lo podían decir fácilmente. Había estado tratando con gente venida del Oeste, que habían estado millones de años trabajando con la alquimia y ocultismo, magias negras y todo tipo de cosas que invocaban a Sarneros Dios de las Tinieblas, o Diablo de la oscuridad. Luego de que un cataclismo había destrozado sus pueblos, habían pedido refugio en las Aldeas que la cuidad tenia para albergar a los pasajeros que viajaban para comerciar con el ultimo Reino del norte, pero desde que uno de estos engendros le había robado sus materiales de creación de magia blanca, se había enfurecido con esta gente a la cual no podía echar, porque su padre le había pedido que por favor los contenga porque venían tiempos oscuros en los que la ayuda de estos iba a ser necesaria.
Viajando hacia el Sur había encontrado parte de las cosas que le fueron robadas una noche en la que dormía en el templo del Reino, las tenia un Mago viejo que aclaraba con palabras y movimientos flatulentos de sus manos que las había tomado porque tenían una energía oscura la cual era su trabajo se eliminada. Asus no le creyó nada de esto, y lo tomo por estafador dándole muerte con un golpe en la nuca de su espada. Sus colegas habían quedado afuera mientras escuchaban los gritos del viejo implorando por su vida, mientras Asus le decía que no debe tomar las cosas de los demás sin el permiso de estos y que en la vida todo volvía, pero esta ya había llegado a su fin para el, ya que el tomaría la suya para darle un ejemplo a todos los que habían poblado su Reino, para imponerles el miedo que debían albergar en sus corazones a la hora de querer generar robos e injusticias. Luego de salir de ese lugar se dirigiendo por medio del mapa de las Torres Coronoles a su próximo destino, donde unos mendigos habían dicho que se había escondido el ladrón de su dinero, este viaje duro ocho días para poder llegar al lugar, el cual era un desierto con unas pocas casas, entraron a la primera casa preguntando por un refugiado de las tierras del Oeste que antes había estado en los Reinos, pero ninguno supo darle una respuesta de su paradero.
Asus podía ver la verdad o la mentira en las personas con tal solo mirarle a los ojos, y sabía que a la mujer de la cabaña que le habían preguntado en realidad no sabía donde se encontraba este ladrón. Salieron y se encontraron con un bar en ruinas donde los Salapianos habían empezado un negocio de contrabando de pociones mágicas y drogas para alterar las fuerzas de las diferentes razas que contenía este mundo, desde ya algo le olía mal a Asus en ese lugar, aparte del olor de los Salapianos. Estos eran escorpiones que habían hecho metamorfosis para poder tener una columna vertebral para pararse en dos pies, y tenían cuatro manos, dos de ellas todavía no evolucionadas que seguían siendo patas de Escorpión, con las cuales atacaban a sus contrincantes, siempre las usaron para defenderse expulsando su veneno, por lo cual Asus debía tener mucho cuidado al tratar con estos malditos.
-Entrare yo primero, si escuchan que las cosas empiezan a revolverse ahí adentro es su campana de entrada muchachos- le dijo Asus a sus compañeros. Cuando entro al lugar vio esculturas de humanos en las cuales las manos de estas sostenían fragmentos de Corona de los antiguos Reyes que habían vencido los Salapianos. En ese momento un pensamiento nublo la mente de Asus, una visión en la que se veía al cayendo por la culpa de un Salapiano que jugaba a ser en realidad su amigo, por suerte este aviso ya le confirmaba que debía tener mucho cuidado al igual que en su Reino con los Salapianos que se quieran hacer sus amigos, porque escondían intenciones malévolas detrás de esto. Tomando un asiento en el bar, pudo notar como humanos mendigos, brujos Zartigs y Salapianos lo miraban fijamente, ya que no era común que un Príncipe aparezca en esas tierras. El encargado del bar se le acerco y le pregunto si le podía ofrecer algo de tomar, a lo cual Asus le respondió – No es necesario Salapiano tu hospitalidad, estoy en busca de un humano que no debe haber llegado hace mucho de mi Reino a estos lugares, el cual si es que estuvo en este lugar te pago con Rupias Doradas con la imagen del Gran Rey Zeral estampadas en los dos lados de la moneda-. El Salapiano se hecho para atrás unos pasos y pregunto.- Para nada, no tenemos nada de esas monedas por aquí, es mas mira este cartel, no aceptamos dinero de tu Reino, su reino maldijo a mi gente y terminamos esclavos por su culpa- Dijo el salapiano mientras movía para todos lados sus manos evolucionadas.
- Mira Salapiano, no tengo tiempo de tus lamentos, tu raza sabe muy bien como enveneno a mi gente para convencerla de que eran los nuevos profetas de tiempos futuros, cuando no resultaron ser mas que embustero, tienen suerte que no decidimos con mi Padre matarlos a todos ustedes, para que el planeta tenga un poco mas de paz-. Afirmo Asus parándose bruscamente.
-Esto es una locura Humano, debes salir de este bar antes que puedas salir lastimado por tu lengua floja e incrédula-
- Creo que no nos entendimos Salapiano, con tu reacción ya me acabas de hacer dar cuenta que tienes monedas de mi Reino y que el ladrón estuvo en este lugar, deja de esconderlo y tráemelo para que la mano de la justicia se encargue de el.-
-Eres un imprudente, crees poder leer los pensamientos de los Salapianos, pero no haces mas que confundirte a ti mismo humano, te aconsejo por última vez, tomate este trago de invitación de la casa y lárgate para seguir tu camino.- El Salapiano le acerco una bebida de color rojo fuerte.- Déjame ver que tiene esto- le dijo Asus mientras le tiraba la bebida en la cara al Salapiano, el cual empezó a gritar de sufrimiento por el veneno que le había intentado acercar a Asus.- Guardias atrapen y acaben con este maldito humano!- Grito el Salapiano mientras sus puntas de venenos revoloteaban para todas partes.- Asus saco su espada y salto sobre el mostrador cortándole la cabeza al Salapiano, mientras otros Guardias Salapianos se acercaban, se escucho un estallido en la puerta, eran los Soldados de Asus entrando como él se los había pedido.
Las copas del lugar volaban de un lado al otro, y se escuchaba como los vidrios se rompían, las espadas se cruzaban y los gemidos de los Salapianos eran propagados por todo el bar. Un Salapiano llego a picar a uno de los soldados en el cuello, dándole muerte en cuestión de segundos, cayendo al suelo y escupiendo un acido verdoso de su boca.- No hay tiempo para ayudarlo, con quiten la vista de todos los Salapianos cierren las puertas y dejen a los humanos vivos solamente- Grito Asus y tono de mandamiento. Los humanos se escondían debajo de las mesas asustados y gritando, mientras deliraban por las bebidas que vendían en el lugar, según dicen los Salapianos son genios en crear bebidas que podrían hacerte pensar que un bebe es un demonio traído del quinto inframundo.
Cuando todos los Salapianos estaban muertos dentro del bar, Asus intento de restablecer el orden de sus soldados que habían quedado cansados por el largo combate, fácilmente el Salapiano encargado del bar tenia treinta y cinco Guardias, lo cual no fueron una gran dificultad para los doce soldados de Asus.
- Bien estoy buscando a refugiado de las tierras del Oeste que se robo mi oro en mi reino y escapo hacia estas tierras para esconderse, de no mostrarse o no darme información sobre este, pueden morir todos por la espada, y no intente mentirme, porque veo la mentira en sus ojos-. Les avisaba Asus mientras levantaba su mano con un pedazo de trapo blanco afirmando que estaba hablando con paz en sus palabras, si se hacia lo que este pedía.
¿Encontraría al refugiado dentro de ese bar?, ¿o tan solo había sido una lucha de la cual no había sido necesario iniciarla?

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