Hijos del mañana.

Antiguamente soliamos existir los que defendiamos el imperio y los que lo carcomian desde su interior, esos años pasados, era recluta de los ejercitos de Trimilogia, donde en las mañanas nos levantabamos a primera hora cuando el sol se levantaba en lo alto de todas las montañas para alumbrarlas y demostrar su majestuosidad. Quizas la luz inmensa de este sol nos aciegaba en las mañanas cuando saliamos a recorrer las montañas en busca de desertores del Reino que se dedicaban a vagar por estas, matando a gente inocente que recorria las praderas en busca de leña y comida para el frio invierno. 
En nuestra tropa eramos unos veintitres, algunos campeones y otros aprendices. Muchos de estos habían servido al Reino a lo largo de toda su infancia y tenían unos cincuenta años, se le notaba por su pelo blanco y largas barbas, donde sus rostros demostraban largos combates y frios inviernos pasados pero sobrevividos. Lord Sordelius era nuestro comandante en guerra, el nos decia hacia donde ir y nosotros lo seguiamos, habia sido el campeon de Trimilogia contra la guerra de los Nahariam un Imperio caido venido del Oeste. Sus altos rangos en combate y seriedad le habian dado un tiempo para poder tomarse vacaciones en las praderas de Ragsna, donde tenia su familia, pero como todo guerrero imperial el alto sentido de justicia le hiso volver temprano a sus tareas como comandante.
Recorriendo las montañas encontramos unos desertores que estaban maltratando a un joven que habia ido a buscar algun animal para llevar a su hogar para comer con su familia, pero estos le habian dificultado la tarea, ya que le tenian debajo de la cascada de un rio helado desnudo, atado mientras le tiraban piedras y le lastimban, nosotros llegamos a tiempo, para cuando estos desertores quisieron escapar ya era demasiado tarde, nuestros caballos dieron casa de ellos en cuestion de segundos. Lord Sordelius en ves de darnos la orden de matarnos, nos hiso apuntarles con las espadas y obligarlos a que cacen animales para este joven, mientras encendiamos una fogata para que este se calentara y le dabamos ropa para abrigarse.
- Como te llamas joven forastero de las tierras de Trimilogia - le pregunto Lord Sordelius, desde lo alto de su caballo, donde su larga capa cubria en gran parte al caballo.
- Soy Alono hijo de Viktus y Lady Nilidiam. Vine en busca de alimentos para mi hogar, pero estos desertores sin estandarte me capturaron y mataron a mi caballo antes que pueda escapar.- le dijo el joven asustado, mientras comia carne blanca de gallina que le habiamos otorgado.
- Tienes suerte que te encontramos a tiempo, los Dioses deben de estar preparandote un destino.- Le dijo Lord Sordelius mientras se bajaba de su caballo y acomodaba su armadura dorada.
- Muchas gracias Lord, prometo marcharme a mi hogar tan pronto tenga las fuerzas para andar, la fiebre de mi cuerpo estaba consumiendo mis nervios.- le contesto el joven mientras intentaba pararse.
- Nada de eso joven, nosotros te llevaremos a tu hogar, junto con estos desertores que ahora seran nuestros esclavos y se encargaran de llevarle a tu familia comida para todo un mes, hasta que no terminen su labor no marcharemos. Pero tu joven Alono, estas en la edad para formar parte de mis tropas, el destino te ha sonreido, vi en tus ojos la furia y la venganza por lo que te han hecho pero de nada nos sirve esto, sino sabemos como controlar nuestros sentidos, tendras venganza joven, de eso no hablaremos hasta llegado el día, pero tendras días duros por venir, porque mis hombres te entrenaran y seras grande entre nosotros.- le dijo Lord Sordelius mientras le daba un insignia real de Trimilogia, donde esta llevaba un leon escupiendo fuego.
- Señor, tan solo soy un simple granjero de una familia pobre, no podría aprender a tomar una espada y defenderme por mi mismo, estaba rogando porque se termine mi vida, antes que las piedras que estos hombres me lanzaban.- 
- Estas en hora, de aprender a valerte por ti mismo, y un gran hombre, no es aquel que desenfunda su espada y reparte castigo a los demas, un gran hombre es aquel que defiende a su familia y soporta cualquier cosa para que ellos esten sanos y salvos. Y nosotros, yo y mi tropa, somos una familia, si hieren a uno, nos hieren a todos, mi capa es su capa, y sus armas son mis armas.-

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