Elohim

Elohim Hijo prodigo de Cerrarul el Dios del trueno.
En el noveno Reino de Ramastarden, la gente se juntaba en la iglesia para rezarles a sus Dioses la protección de sus tierras, y que la luz domine sobre la tierra. Un alma entre ellos estaba bendecida al igual que los otros Príncipes de los doce reinos del Olimpo, este era El Elohim, protector de su tierra, su armadura relucía ante las tinieblas, los mismos espectros tenían miedo de este cuando escuchaban sus pasos por los bosques de Salum, donde las brujas hacían hechizos y pociones para matar curas creadas por los Magos Blancos, en su casco oscuro no era posible ver sus ojos, estos tan solo eran prendidos cuando el trueno retronaba en su mano.
El Elohim era uno de los mas poderosos Príncipes de los doce Reinos, su entrenamiento había comenzado de joven, cuando fue enviado al Norte sin nada mas que un tapado de pieles de león y su lanza, donde su misión era encontrar la ruinas de Arthas el Rey del hielo, luchar contra el y forzarlo a que este le forje una armadura para volver victorioso a su Reino, las noches que había pasado podrían haber matado a cualquier humano, pero su aura era mas esplendido que cualquier humano de la tierra, su mente estaba avanzada a un nivel de supervivencia que ningún ser tanto maligno como benigno había comprendido jamás.
Luego de haber pasado dos años de su viaje, comiendo lo que encontraba en el frio invierno de las tierras nubladas de Espesuras, luchando contra Osos polares para poder comerlos y luego utilizar su pelaje para abrigarse del frio invierno, logro encontrar las ruinas de Arthas, las cuales estaban pasando las mazmorras de los condenados, donde todas las almas eran devoradas por el Dragón Antiguo Belmort. Pero El Elohim tenia fuego en sus ojos a la hora de luchar contra sus miedos, su estatura de dos metros y medio , le daba cierto aspecto impactante a las criaturas con las que se enfrentaba, y no pensaba dos veces en atacar, luego de todo el que primero golpea, golpea dos veces.
Belmort dormia de día, ya que le gustaba capturar almas de animales por la noche para devorarlos, por supuesto ya no habían quedado humanos en esas zonas, donde antes que el frio polar llegase había sido tierra bendita por el rey Sethus que les daba fertilidad en la tierra y lluvia para cultivar, pero esos son tiempos muy antiguos en los cuales ahora no voy a adentrarme para poder contarles mas sobre este místico héroe. El Elohim había estado rondando alrededor de las mazmorras del dragón para poder esperar asestar su ataque, sabia que si le sacaba el corazón al dragón tendría el poder del fuego y con eso calor suficiente para poder fundirle terror al Rey Arthas Rey del Hielo. La noche había caído una vez mas sobre su cabeza, podía sentir como el viento cortaba sus labios, el frio desgarraba su piel y sus pies cada vez se complicaban mas para coordinar los movimientos a la hora de moverse a velocidades grandes, El Elohim había pasado mas de una semana intentando averiguar un plan para atacar al gran Dragón Belmort, y sabia que su única posibilidad de ganarle seria con este dormido, pero necesitaría una distracción por si el primer golpe de el no llevaba a la muerte al dragón, Recordó que los Dragones del Norte tenían su corazón en el séptimo ojo de su garganta, lo cual era mas difícil si este estaba echado sobre las rocas viejas de las mazmorras, tendría que despertarlo y luego lanzarse a su garganta sin antes ser devorado por el fuego o los afilados dientes de Belmort. ¿Seria capaz El Elohim de derrotar a su primer contrincante para luego pasar a su tramo final en esta misión de vida o muerte?.

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