Erwin

Mientras la luna comenzaba a descender. Erwin llevaba a cuestas a Balefur, ya en su forma humana. Mientras la única salida era entregarlo a las personas de la localidad. Comenzo a acordarse de las primeras acciones de Belfur, y sobre todo de las decoraciones que este tenia en su hogar.
Entregando a Balefur a las autoridades. Lo siguiente mas coherente y acertado seria que castigarían a Balefur, un viejo chiflado que no era culpable del mal que caia sobre el.
Erwin comenzó a pensar alguna manera encontrar alguna curandera que estuviera por el lugar, o intentar averiguar por su cuenta, que sucedecia en el lugar.
Si tan solo era una maldición en especial que había sido lanzada sobre Balefur. O si por algún motivo, un mal estaba acechando las cercanías de lugar. Pero un mal que no tomaba forma humana. Un mal que llevaba años dormido, y había despertado con la llegada de los Caballeros Cabalisticos.
Muchos relatos se contaban en esos tiempos sobre la apareció de Malhjaladar, Principe de la oscuridad y de la guerra contra la Sagrada Evolucion, defensores contra la tempestad que habitaba en el mundo, debido al mal que corrompía el corazón de los humanos.
Los relatos mas antiguos sobre el oscuro Malhjaladar, terminaban con la llegada de los doce caballeros del ragnarok.
El entrenamiento bajo el cual Erwin había sido criado y guiado, era esencial para esta balatalla que se estaba librando.  


El despertar

-          Lo he visto venir. Han despertado desde lo mas profundo de los mares. Entre nubes de muertos y pesadillas. Se acercaban, en un barco destruido por los siglos del olvido. La pestilencia que emanaba era fuerte y capaz de desmayar hasta al ser mas inmundo de este planeta.
Te lo digo Erwin, la batalla de los reinos despertó un mal, un mal que no será capaz de ser vencido ni por todos los soldados de los reinos juntos. Este mal tiene nombre y razón de ser. La tempestad… ha llegado a nuestras tierras. Dejando destrucción a su paso. Muertes, pestes, miseria, hambruna y desolación.
-          Parece que tendre que dirigirme a las tierras de Galdaramar. El Rey Amer Van Velsaj estuvo esperando este momento hace mucho años. – Dijo Erwin mientras tomaba la pechera y la cota para ponérsela.
-          Te acompañare, aunque eso me cueste la vida.- Le dijo Leath, tomando las riendas del caballo y subiéndose a el.
El calor de la zona este de Gerenor era mortal en tiempos de verano. Tanto que los animales caigan mas de una vez abatidos por el agotamiento.
-          Tenemos que cuidar estos dos caballos Erwin, son nuestro pasaje hasta las tierras de Galdaramar.-  Leath le señalo el caballo color grisaso que se encontraba al lado del suyo. – Este se llama Iro. Es un poderoso corsel, si sabes tratarlo el sabra tratarte a ti.
-          Creo que nos entendemos desde antes que nos presentes Leath – Erwin se acerco al caballo y lo acaricio con los guantes puestos –
-          Dicen que la niebla del bosque Yamarir es un peligro para los seres que intenten adentrarse en ella. Quizas sea mejor que tomemos el camino largo – Le insinuo Leath a Erwin mientras intentaba mirar las montañas escondidas por los arboles altos a lo lejos.
-          Tardaremos algunos días mas en llegar a nuestro destino si tomamos otro camino. Intentemos pasar por ese bosque en el amanecer, quizás se nos facilite mas ver a los alimañas que acechan las copas de los arboles esperando carne humana para ser desgarrada por sus garras…-
-          ¿Te despediste de Siraf?...- Pregunto Leath
-          Tuvimos un momento de intimidad, cuando la luna se poso en lo mas alto del cielo –Dijo Erwin con voz calmada
-          ¿Ella sabe el camino que estas a punto de emprender? –
-          Ella sabe todos los caminos que emprenderé. Tu deberías despedirte de tu hija, no quiero volver a estas tierras contigo en un cajón y tener que darle malas noticias.- Erwin hizo una mueca
-          No me atrevo a hablarle, desde que mi amada esposa sufrió el envenenamiento a manos de las brujas de weliward y se transformo en una de ellas, nunca me lo perdono. En los primeros meses la escuchaba llorar en su pieza y maldecir mi nombre por no haber estado ahí para ayudarla. Luego no me perdono no haber vuelto a las cavernas en busca de su madre.
No puedo Erwin, no puedo ir a esas cavernas y encontrarme cara a cara con una bruja que antes solia ser la madre de mi hija, y mi esposa. No quiero saber en que se transformo. Ahora pertenece a la noche, es hija de la luna y las maldiciones que conspiran detrás de los conjuros mas oscuros que este mundo pueda tener. Ya no es mas la mujer que conoci – Leath dejo caer una lagrima
-          No debes torturarte con esos pensamientos, pero tampoco deben ser un modo de evasión sobre tus responsabilidades, vuelvo a decirte por mas que tu hija no este del todo feliz contigo, te aseguro que querra quemarte a ti y a mi, si es que no hablas con ella y alguna desgracia sucede.
-          Tienes toda la razón del mundo,  deberas esperarme antes de marchar, ni se te ocurra empezar el camino sin mi, no creo que pueda alcanzarte luego – Leath giro la cabeza mirando las cabañas en busca de la suya

-          Te esperare en la entrada.

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